Políticamente incorrecto

martes, 5 de marzo de 2013

El ministro de un Estado aconfesional



Desafortunadas palabras las del Ministro de Interior, para algunos a partir de ahora Ministro de “lo anterior”, Jorge Fernández Díaz. Afirmó en un coloquio sobre Religión y Espacio Público celebrado en la Embajada de España ante la Santa Sede en Roma que el matrimonio entre personas del mismo sexo «no debe tener la misma protección por parte de los poderes públicos que el matrimonio natural», ya que con estas uniones «la pervivencia de la especie no estaría garantizada».

Tal afirmación tiene un tufillo homófobo que se percibe a kilómetros. Siendo ministro del gobierno de un Estado aconfesional, como lo es España, debería dejar a un lado sus opiniones personales religiosas o morales.

Por otro lado, es imposible buscarle una lógica a las palabras del ministro. Está en contra del matrimonio homosexual porque dichas uniones no garantizan la pervivencia de la especie. Pues bien, nada nuevo; tampoco el matrimonio heterosexual las garantiza, ni si quiera el matrimonio celebrado a los ojos de Dios. Nadie está obligado a procrear por el simple hecho de contraer matrimonio. Quizá al ministro le traiciona el subconsciente y extiende a toda la sociedad la idea religiosa del matrimonio, cuya finalidad teórica sí es la de procrear.  Pero, ¿sabrá el ministro que vivimos en un Estado aconfesional y por tanto las leyes morales de cada cual no deben imponerse al resto de la sociedad?. Aún nos queda camino para lograr una plena y justa separación de poderes entre Iglesia y Estado, pero declaraciones como éstas no ayudan en absoluto.

Debería saber y aceptar como buen demócrata que hay ciudadanos que no comulgan con su religión y no por eso se les ha de privar de parte de sus derechos. Ya lo dijo Fernando Savater: “El laicismo es saber convivir con aquello que no compartimos, o incluso que no nos gusta”.

En fin, la finalidad de las uniones matrimoniales no es la de procrear. Un matrimonio “per se”, no garantiza la descendencia y de la misma forma, parejas que no han contraído matrimonio o madres solteras pueden también generar descendencia. Los matrimonios homosexuales no pueden procrear “motu proprio” pero pueden recurrir a vientres de alquiler, etc. En cualquier caso, el objetivo de la ley de matrimonio homosexual nada tiene que ver con el fomento de la natalidad, sino con la equiparación en derechos civiles con las parejas heterosexuales, después de demasiados años sin ellos. 

Espero que el ministro rectifique y pida disculpas porque de lo contrario puede que no esté a la altura de las tareas ministeriales del gobierno de un estado aconfesional.

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