Políticamente incorrecto

domingo, 23 de septiembre de 2012

No dejemos que Otegi ingrese en la RAEH



Despierto hoy, domingo, y al dar un repaso a las redes sociales me encuentro unas palabras de Arnaldo Otegi. Dice textualmente: "si la lucha armada de ETA" ha desaparecido, es fruto de "la decisión de utilizar las vías políticas" asumida por la izquierda abertzale. Analicen la frase con tranquilidad y sin atragantarse, si es que pueden.

Hablemos claro de una vez y dejémonos de tonterías. Este señor llama “lucha armada” a a lo que es literalmente pegar un tiro en la nuca a una persona que piensa diferente. Y no hay más. No le den más vueltas. Parafraseando a Rosa Díez, se empieza pervirtiendo el lenguaje y se acaba pervirtiendo la realidad. O en palabras de Pilar Ruiz, la madre de Joseba Pagazaurtundua, llamar a las cosas por los nombres que no son.

Y es que la izquierda abertzale es experta en pervertir el lenguaje y por consecuencia la realidad. Otegi parece ser el aspirante a nuevo miembro de la Real Academia de “Euskal Herria”. La RAEH, que sería la primera institución que necesitan para su sueño independiente. Una institución que pervierta los hechos y la memoria para así empezar de cero, como si nada hubiera ocurrido. Estas son algunas de las palabras a las que Otegi y su gente le dan nuevo significado en la nueva RAEH:

LUCHA ARMADA: Dícese del tiro en la nuca o coche bomba a un vecino tuyo que piensa diferente a ti.

CONFLICTO: Sociedad libre y plural con personas de ideologías diferentes.

PAZ: Período en el cual nadie te dispara por tener ideas distintas al disparador siempre y cuando tus ideas se pliegen a sus objetivos.

LIBERTAD: Imposición de tus ideas al resto de la sociedad para garantizar así el derecho a expresarte siempre y cuando lo hagas en torno a la doctrina dominante.

VASCO: Todo aquel ciudadano nacido en Euskadi, o fuera de ella, pero que piense de la misma forma que aquel que otorga los nuevos derechos. Puede extenderse a territorios próximos como Navarra o Iparralde siempre y cuando comulgues con la religión nacionalista. Incluso puede extenderse a ciudadanos extremeños. Eso sí, siempre y únicamente si te conviertes al nacionalismo.

PRESO POLÍTICO: Aquel vasco encarcelado por asesinar o contribuir al asesinato de otro ciudadano que tenga ideas políticas diferentes.

VÍCTIMA: Todo aquel que haya sufrido o muerto a causa del conflicto (véase nueva definición de la RAEH). Tanto aquel que haya muerto cuando iba a trabajar como aquel que ha muerto a causa de un accidente o explosión del artefacto que se disponía a colocar para contribuir a la lucha armada (véase nueva definición de la RAEH)

REPRESIÓN: Actuación del Estado de derecho para garantizar el orden y la seguridad de ciudadanos indefensos.

Desde luego, no me gustaría vivir en un país en el que la RAEH introdujera estos nuevos significados. Con estas nuevas pero viejas definiciones ni hay arrepentimiento, ni reconocimiento, ni perdón. Y eso es de lo que vamos camino. Porque es lo que hace una y otra vez la izquierda abertzale. Ahora, desde dentro de las instituciones. 

Pero no nos engañemos, el problema de todo esto no es que una persona como Otegi pervierta la realidad. Eso lo sabemos desde hace años. Aunque suene provocativo, si hay algo que ETA o la izquierda abertzale saben hacer es no moverse un ápice de su proyecto totalitario.

Parafraseando ahora a Arturo Pérez-Reverte, "Desgraciada España esta, en la que acabas sientiendo más desprecio por el cómplice pasivo, imbécil y cobarde que por el asesino y sus colegas".

Porque el problema no es que esta gente haga y diga lo que sólo sabe hacer y decir para pervertir la realidad. El problema es que el gobierno de turno se lo permita. El drama que PP y PSOE, los 2 partidos “grandes” consideren a la izquierda abertzale un partido político homologable a cualquiera democrático. Porque el PSOE comenzó esta farsa, pero el PP no ha dudado en acogerla con las demás herencias del PSOE de las que tanto se queja. Siendo esta herencia una de las que podía librarse, no como la económica. La situación actual es el mundo al revés. Es el mundo en el que los que llevan toda su vida intentando sobrevivir a las amenazas y la extorsión tienen ahora que demostrar a los etarras que "no somos como ellos" y por eso debemos, por ejemplo, liberar a Bolinaga. Como si no lo hubieran demostrado con el gran esfuerzo de seguir alzando la voz cuando te apuntaban por detrás con una pistola o dando la vida por defender la democracia. Sería de chiste si no fuera por lo dramático.

Releyendo artículos de Rosa Díez escritos hace unos meses (que parecen años) es como si se estuviera cumpliendo una profecía macabra. Cuenta en ese artículo una reunión que tuvieron (siendo ella aún miembro del partido socialista) varios cargos del país vasco con Zapatero. Sospechaban que andaban negociando con ETA y querían que les dijese la verdad. Cuenta como uno de ellos, alcalde socialista le dijo:

“Mira, nos debes la verdad;  yo estoy dispuesto a arriesgar mi vida para derrotar a ETA; pero si estáis en otra cosa, decídnoslo, porque tenemos derecho a decidir si estamos dispuestos a que nos maten para otra cosa”.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Clamor de libertad desde el otro lado del muro


Hace unos meses escribí un artículo titulado “Los eternos olvidados”. Pues sí, siguen olvidados y por eso me veo en la obligación de volver a recordarles. Sé que los saharauis no lograrán justicia ni alcanzarán la libertad hasta que los gobiernos influyentes (empezando por el español, si es que lo sigue siendo) decidan actuar en favor de su causa.

Pero el tema está complicado. ¿Qué le van a ofrecer los saharauis a Rajoy o Rubalcaba? ¿Un paquete de arena desértica con un lacito rojo o azul según la ocasión? Creo que no es lo que buscan. ¿Quizá una haima desmontable? Creo que tampoco les interesaría. Quizá si el Frente Polisario, en vez de Marruecos, controlara la zona pesquera del Sáhara las cosas serían diferentes. Y eso es lo que me indigna: La acción o pasividad del “mundo civilizado” según los intereses económicos.

Por eso me resulta bastante triste ver como nuestros gobiernos alternativos mantienen relaciones de amistad con países cuyos gobernantes (o llamándolos por su nombre, tiranos) pisotean una y otra vez los derechos de nuestros conciudadanos. En el Sáhara Occidental sí hay un conflicto de verdad. Pero a los sucesivos gobiernos españoles no les interesa promover su resolución porque ponerse del lado de la causa justa sería molestar a Marruecos que es quien controla las zonas pesqueras y minerales. No podemos llevarnos mal con él aunque para ello nuestros conciudadanos saharauis vivan refugiados al otro lado del muro, en la zona más pobre del desierto y privados de los derechos humanos fundamentales. No es raro el día en que tengamos noticia de una invasión de campamentos, detenciones de activistas saharauis o asesinatos de los mismos.

La ONU ya promovió una iniciativa para promover un referéndum de autodeterminación allí. Y sin ir más lejos, el pasado miércoles 12 de Septiembre el Parlamento Europeo, en su Informe anual sobre "Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea", reiteró "el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación a través de la celebración de un referéndum democrático en conformidad con las resoluciones de la ONU para determinar el estatus del Sáhara Occidental". Lo cual es un dato positivo y alentador, que da motivos para el optimismo. Ojalá sea el impulso definitivo para solucionar la injusticia. No es una cuestión menor, sino de justicia y libertad para aquellos que fueron expulsados de sus tierras. Para que  recuperen lo que les pertenece. Y queramos o no, España como potencia administradora, tiene una responsabilidad destacada en este asunto. Pero llevamos demasiado tiempo elaborando resoluciones que caen en el saco del olvido eterno (me imagino que se guardarán en un cajón similar al de las subcomisiones en España). Hay una frase sabia que dice que no faltan leyes, sino voluntad política para aplicarlas. Por tanto, si este referéndum no se lleva a cabo es porque no hay voluntad política de ninguna de las partes. Por supuesto, de Marruecos no la espero, pero sí de todos los países democráticos y no sospechosos de incumplir los derechos fundamentales. El caso es que en sus mítines y entrevistas siempre afirman apoyar la causa saharaui. Es cuando llega la hora de gobernar cuando actúan de manera cómplice con Marruecos.

Tenemos que aprender de la experiencia. Ya ocurrió con Gadafi, ese “gobernante” que recibía con aires de superioridad a los presidentes de otros países. La soberbia de quien se apropia de los recursos del país para que los demás le rindan pleitesía. Por supuesto, una vez estallado el conflicto en Libia, el mundo entero se puso en contra de Gadafi, pero hasta entonces lo que había era arrodillamientos ante él. Lo mismo que ocurre ahora con Mohamed VI. ¿Tenemos que esperar a que se origine una guerra para actuar? Estamos a tiempo de evitar un conflicto armado con todas sus consecuencias.  Y actuar significa hacer justicia, ni más ni menos. Que tengan derecho a decidir sobre su futuro y sus tierras de las que fueron expulsados.

Por eso, mientras haya ciudadanos saharauis privados de libertad, de justicia y de sus derechos fundamentales, denunciaremos la cobardía y la hipocresía de los gobiernos que miran para otro lado. Para ayudar a los saharauis a elevar su clamor de libertad por encima del muro que les priva de libertad y refugia a la vez. Porque los intereses políticos y económicos no pueden estar por encima de los derechos básicos de los ciudadanos. Por eso, y porque su causa deje de ser la “eterna olvidada” escribo estas líneas.