Todo empezó cuando aquel recién estrenado diputado de UPyD en el parlamento de Asturias resultó ser clave para determinar la mayoría de gobierno.
Todos le necesitaban y por eso le querían como pareja de baile. Los que hasta antes de las elecciones tenían clarísimo (y así lo hacían saber a todo el que podían) que UPyD era el extremo opuesto a su partido o ideología, un día después le pedían que "se retratara", que dijera claramente de una vez si "era de derechas o de izquierdas" (bendito país). Asturias necesitaba ESTABILIDAD política (y es verdad que la necesita, pero quédense con la letanía).