Soy de los que no se creen ni una palabra de las milongas repetidas una y otra vez hasta la saciedad por el poder establecido para hacernos creer que todo ha cambiado en relación a ETA y su mundo en País Vasco y Navarra. No es que sea incrédulo, que no lo soy, simplemente los hechos demuestran lo evidente.
La fachada de la casa de los Ulayar, aquella que hace años tantas gentes de bien pintaron con sus manos blancas en recuerdo a Jesús Ulayar cuando ETA lo asesinó, aparecía manchada de nuevo con un “Gora ETA”.
¿Puede haber algo más macabro en una sociedad democrática que vitorear a los asesinos de un ciudadano de tu pueblo? Me dirán algunos que vaya exageración, que esto no es extrapolable a la “nueva situación política” que ahora vivimos, que son ganas de enredar, que simplemente es una chiquillada de unos adolescentes en una noche de desenfreno.
En cualquier caso, nunca la exaltación de una banda nazi y asesina podrá ser una chiquillada, aunque algunos quieran así restarle importancia a estos acosos para que no estorben en su delirante idea del “proceso de paz”. Un proceso que no es de paz, primero porque no es paz lo que falta sino libertad, y segundo porque lo único que buscan algunos en él es la impunidad de los terroristas.
El “proceso” que necesitamos no es otro que la derrota de ETA. Derrotar a ETA no significa que dejen de matar porque los terroristas pueden dejar de matar o por arrepentimiento o por estrategia, y creo que no hace falta que les diga cuál ha sido su motivo. Derrotar a ETA es que la persecución totalitaria quede desterrada para siempre, que las gentes de esos lugares hablen a sus hijos de ETA como una banda asesina que trató de imponer su proyecto a tiros y no como una de las partes afectadas de un supuesto conflicto. Y mucho menos, como “soldados”, que dijo hace poco el presidente del Partido Socialista de Euskadi y todavía sigue en el cargo. Que las víctimas sean homenajeadas como los verdaderos héroes de esos años de plomo y no tengan que agachar la cabeza para no molestar en el falso proceso de paz mientras a los asesinos (para nada arrepentidos y orgullosos de sus fechorías) les ceden honores en las fiestas patronales. En definitiva, que el relato sea el de la verdad y no el apañado para no enfadar a ETA y se le ocurra volver a las andadas (¿pero no estaba derrotada?). De nuevo, el chantaje.
Nuevos tiempos los llaman… Y sí, han cambiado muchas cosas desde que aquella sociedad hastiada salió a las calles a poner a ese mundo contra las cuerdas. Ahora el que habla de esto sólo busca crispar. ETA estará derrotada cuando las manos blancas de esa fachada sean respetadas por todos como el signo de libertad y justicia que son y no porque hayan decidido que les viene mejor no matar e intentar lograr sus objetivos totalitarios desde las instituciones a través de sus servicios auxiliares. Parece algo evidente, pero es difícil transmitirlo mientras PP y PSOE ya han desistido y aceptado como derrota su cambio de estrategia.
Esta mañana la familia Ulayar pintaba de nuevo la fachada de su casa en Etxarri Aranatz para tapar ese “Gora ETA” y pensé: Podrán manchar mil veces vuestra fachada pero nunca podrán manchar vuestra dignidad, porque eso depende sólo de vosotros. Me uno a
sus palabras como muestra de agradecimiento. Yo tampoco me resigno.
14-09-2013
La familia Ulayar, junto con Maite Pagazaurtundúa y miembros de Libertad Ya pintan de nuevo la fachada de su casa en Etxarri Arantz y estampan sus manos pintadas de blanco.